Al borde del abismo: personalidades llaman a frenar los experimentos de Inteligencia Artificial

Por Luciana Mazzini Puga para AGENCIA DE NOTICIAS CIENTÍFICAS UNQ

Entre los firmantes se encuentran Elon Musk, fundador de la famosa empresa de inteligencia artificial OpenAI, y Steve Wozniak, cofundador de Apple.

“¿Deberíamos desarrollar mentes no humanas que eventualmente podrían superarnos en número, ser más inteligentes, volvernos obsoletos y reemplazarnos? ¿Deberíamos arriesgarnos a perder el control de nuestra civilización? Tales decisiones no deben delegarse en líderes tecnológicos no elegidos”. Estas son algunas de las preguntas y respuestas que dicta la carta abierta que lanzaron líderes tecnológicos frente al avance sin control de la inteligencia artificial en el sitio web Future of Life Institute. Llamativamente, entre los firmantes se encuentran Steve Wozniak, cofundador de Apple, y Elon Musk, CEO de SpaceX, Tesla y Twitter, y fundador de la famosa empresa de inteligencia artificial OpenAI, responsable de la creación del Chat GPT.

El multimillonario Elon Musk es fundador de la famosa empresa de inteligencia artificial OpenAI. Créditos: Computer Hoy.

La carta, firmada por más de mil personas, llama a frenar los entrenamientos de la inteligencia artificial más potente que GPT-4 por seis meses. “La IA (inteligencia artificial) avanzada podría representar un cambio profundo en la historia de la vida en la Tierra, y debe planificarse y administrarse con el cuidado y los recursos correspondientes. Desafortunadamente, este nivel de planificación y gestión no está ocurriendo”, cita.

Durante ese lapso, los expertos deberán realizar una revisión en torno a esta tecnología y evaluar el impacto que podría tener en la sociedad. Paralelamente, el texto recomienda que se avance en la legislación y regulación de esta creación. “La sociedad ha hecho una pausa en otras tecnologías con efectos potencialmente catastróficos en la sociedad. Podemos hacerlo aquí”, sentencia.

El peligro al alcance de la mano

De manera reciente, la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ entrevistó a Emmanuel Iarussi, científico de Conicet y miembro del Laboratorio de Inteligencia Artificial de la Universidad Torcuato Di Tella, que explicaba los riesgos que existen. En esta línea, afirmaba: “No hay antecedentes de una tecnología que nos permita crear imágenes tan reales y de manera tan masiva”.

Entre sus consecuencias, la inteligencia artificial contribuye a la desinformación mediante la manipulación de imágenes, vídeos y la voz. En este sentido, Iarussi explica que si bien hay técnicas para reconocer si una imagen fue alterada, considera que es algo “transitorio”. “Los algoritmos están siendo entrenados para ser indistinguibles, entonces es necesario que guardemos una dosis sana de escepticismo. Debemos acostumbrarnos a dudar de la verdad. La tecnología va a avanzar y van a existir cada vez menos contenidos reales”, manifiesta.

Alterar la historia

Una nota publicada en el diario El País (España) advierte sobre los riesgos que tiene reconstruir con inteligencia artificial el patrimonio cultural e histórico. Al combinar datos que están en internet pueden crear imágenes que parecen reales que muestran una historia que no fue.

En este sentido, Pablo Aparicio, arqueólogo, historiador y dueño de una empresa que realiza reconstrucciones virtuales en 3D o 2D del patrimonio, plantea al diario español: “Por mucho que le pidas que te diseñe un castillo de determinada manera, es imposible darle todos los detalles para que te haga algo preciso. Entregan una imagen que parece real o parece que podría ser real. Y ahí está el mayor problema”. Y agrega: “Ayuda mucho a transmitir en redes los fakes históricos, que no tienen nada de científico, pero que pueden parecer ciertos”.

Además, ejemplifica con el patrimonio romano: “Las inteligencias artificiales tiran de lo que es más difundido. El Coliseo no lo van a representar reconstruido ni completo, como estaba en la antigüedad, sino que lo van a representar en ruinas, como está en la actualidad, y eso también es totalmente incorrecto”, subraya Aparicio.

Quizás la carta enviada por los expertos tecnológicos llegue a tiempo para repensar el futuro de esta tecnología. “No nos apresuremos a caer sin estar preparados”, concluye.

Fuente: Agencia de Noticias Científicas UNQ 

 

Participá del evento «Ciencia con ojos de niño»

Un encuentro con el investigador e ilustrador Francesco Tonucci


El reconocido pedagogo e ilustrador Francesco Tonucci participará de una entrevista en el auditorio del Centro Cultural de la Ciencia en el marco de la presentación de títulos de su autoría que se incorporan al programa de lectura Leé Ciencia. Leé Futuro. La entrevista será realizada por el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus.

 FECHA: Miércoles 29 de marzo   |  HORARIO: 18 h  |  EDAD: Todas las edades  |  MODALIDAD: Presencial  | ♦ LUGAR: Auditorio del Centro Cultural de la Ciencia – C3 (Godoy Cruz 2270, CABA) | La actividad es gratuita con inscripción previa completando el siguiente formulario.

Francesco Tonucci es investigador del Instituto de Ciencia y Tecnología de la Cognición del Consejo Nacional de Investigación (CNR) italiano, en Roma. Su actividad profesional se ha orientado al estudio del pensamiento y del comportamiento infantil, en la familia, en la escuela, en la ciudad, etc. Reconocido también como ilustrador, firma sus viñetas como FRATO.

Los títulos que se suman a Leé Ciencia. Leé Futuro son: Los círculos; Cuadrado y Triángulo; FRATO, 40 años con ojos de niño; y Los niños y las niñas piensan de otra manera: FRATO 2000. Los últimos dos contienen una selección de algunas de sus ilustraciones más conocidas.

Conocé más del programa Leé Ciencia. Leé Futuro.

¿Cómo aplicar la neurociencia en el campo de la educación?

El rediseño de los sistemas educativos debería incluir a docentes, familias, científicas y científicos para alcanzar como objetivo central la estimulación de la curiosidad y la alegría de aprender para ayudar a maximizar el potencial cognitivo de las niñas y los niños.

Antes de explorar las posibles respuestas a la pregunta hay que considerar que especialistas en el estudio del cerebro advierten que tanto las limitaciones biológicas, como la plasticidad y el potencial para ser estimulados que tienen nuestros cerebros durante los primeros años de nuestras vidas, serán factores determinantes independientemente de la aplicación de la neurociencia en el sistema educativo formal.  Asimismo, hay investigaciones que concluyen que los acelerados cambios tecnológicos ocurridos durante las últimas décadas están provocando problemas de adaptación de nuestros cerebros, ya que estos no evolucionan al mismo ritmo que la tecnología.

Créditos: www.freepik.es

En tal sentido, la realidad biológica de nuestro cerebro mantiene una serie de principios que no podemos alterar ya que el cerebro evoluciona de manera muy lenta lo que no da tiempo para una adaptación a esos cambios tecnológicos. Stanislas Dehaene, el prestigioso neurocientífico francés lo explica de la siguiente manera: “Estamos atrapados con un cerebro que tenemos que respetar y aprender a utilizar mejor. Algunas cosas no cambiarán. Por ejemplo, la necesidad de dormir. Las personas que no duermen lo suficiente pierden la capacidad de atención y por lo tanto la capacidad de aprendizaje. En ese sentido, afirma que “la sociedad está evolucionando en una dirección incompatible con las necesidades del cerebro, y la necesidad de dormir es uno de esos casos”. Dehaene resalta también la conveniencia de propiciar el contacto social y de mantener una fluida comunicación, en particular con las niñas y los niños. “Tenemos muchas pruebas de que los niños pequeños necesitan estar muy expuestos al lenguaje desde muy temprano, en los primeros 18 meses de vida. Esto es un fuerte mensaje para los padres, porque muchos están siendo atrapados por sus teléfonos y no les hablan lo suficiente a sus hijos. Cuando la gente discute el peligro de los teléfonos móviles, hablan como si las pantallas fuesen problemáticas para los niños. Pero los que tienen problemas con las pantallas son los padres, porque los apartan de la interacción con sus propios hijos, agrega el especialista.

Stanislas Dehaene. Foto: Diario Perfil

Un estudio con niñas y niños de entre cinco y seis años demostró que la cantidad de diálogos que se entablan con ellas y ellos tiene un impacto directo en la activación de una de las principales áreas del lenguaje en el cerebro. Es por esto que se puede producir un gran impacto educativo antes incluso de que lleguen a la escuela, enriqueciendo su entorno y preparándolos para la adquisición del lenguaje, pero también de las habilidades matemáticas, a través de juegos simples o rompecabezas que podemos tener en casa.

Antes de aplicar la neurociencia en la educación tenemos que analizar cuáles son los principales errores que se cometen en ese sentido. Al respecto Dehaene aclara que “lo primero que hay que decir es que no todo lo hacemos mal pero hay algunas cosas que mejorar. En primer lugar, solemos subestimar a los niños. Existe esta idea de Piaget, que dice que los niños se van a desarrollar muy lentamente, con una agenda muy rígida, año a año, y ahora sabemos por la ciencia cognitiva y la neurociencia que en realidad los niños tienen unas habilidades mucho más sofisticadas” y amplía: En el lenguaje, vemos que adquieren de 10 a 20 palabras diarias, mucho más rápido que cualquier ordenador actual y mucho mejor que la inteligencia artificial. Y también en matemáticas, donde tienen habilidades para los números desde muy temprano y para integrar números y espacio. Tienen intuiciones muy fuertes y hay que vincular las enseñanzas a esas intuiciones, en particular en matemáticas”.

Respecto a aplicaciones concretas de neurociencia en la educación, Marcelo Trivelli, presidente de la Fundación Semilla de Chile, una iniciativa especializada en el diseño de políticas públicas para el sector educativo, explica que hay estudios que demuestran que la dopamina facilita el aprendizaje al generar satisfacción a partir del alcance de un objetivo, lo que incentiva a continuar aprendiendo, manteniendo en alto los niveles de dopamina que retroalimentan un círculo virtuoso en dicho proceso. Sin embargo las metodologías educativas tradicionales no utilizan este mecanismo y por ello se obtienen bajos niveles de aprendizaje. Es por esto que el especialista asegura que llegó el tiempo de enfocarse en los juegos con fines didácticos. Quienes hayan jugado o visto jugar videojuegos podrán haber notado que todos siguen más o menos el mismo patrón: la expectativa de obtener una recompensa. Da lo mismo el tema, el argumento o la trama del videojuego, se va obteniendo puntaje u otro elemento de acumulación que permite ir pasando a una etapa superior. El cómo lograrlo no es conocido, no es posible establecer patrones de manera fácil y cuando se cree dominar la técnica, esta cambia. Todos estos son elementos necesarios para generar y mantener en alto los niveles de dopamina.   

En definitiva, el avance de la neurociencia en los últimos años abre un enorme abanico de posibilidades para reformular y mejorar los métodos de enseñanza y de aprendizaje en el sistema educativo.

Para saber más sobre neurociencia mirá las charlas que tuvieron lugar durante el encuentro “Educando al cerebro” organizado el año pasado en el marco del primer ciclo de #CharlasTEC.