Comida espacial diseñada por un argentino

Horacio Acerbo creó una compañía a la que llamó Eternal. Produce biomasa a partir de un hongo con características modificables y permite su utilización en la elaboración de diversos productos, desde quesos hasta hamburguesas, pechugas de pollo, pescado y bebidas.

Hace cinco años, el sociólogo y emprendedor argentino, Horacio Acerbo, descubrió el potencial del Fusarium venenatum, un hongo que prometía ser una alternativa revolucionaria en la producción de proteínas. Este hongo, investigado por una compañía inglesa, no solo se destacaba por su capacidad de generar una cantidad significativa de proteínas de alto valor biológico, sino también por su perfil nutricional completo, que incluía fibra, aminoácidos esenciales y lípidos saludables. Además, al ser de origen fúngico, ofrecía un modo de producción sustentable que no requería el uso de tierra.

En ese momento, Acerbo se encontraba liderando EnyeTech, una empresa que él mismo había fundado y que se enfocaba en proyectos relacionados con software, hardware e inteligencia artificial. Fue desde allí que decidió investigar a fondo este hongo, contactando al INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) para colaborar en el cultivo y aprendizaje conjunto.

Acerbo logró desarrollar una biomasa del fusarium, que bautizó como Mycofood, a la que podía modificar para elaborar diversos productos.

«Aprovechamos la inteligencia artificial para estudiar en tiempo real la estructura morfológica del hongo y la cantidad de proteínas que generaba, al modificar sus condiciones de cultivo. De esta manera, la inteligencia artificial aprendió de estos cambios, optimizando el medio de cultivo», explicó Horacio Acerbo.

El nacimiento de Mycofood

Gracias a esta tecnología pionera, el emprendedor logró desarrollar una biomasa a partir del Fusarium venenatum, a la que llamó Mycofood. Esta biomasa poseía características modificables, lo que permitía su utilización en la elaboración de diversos productos, desde quesos hasta hamburguesas, pechugas de pollo, pescado y bebidas. Acerbo destacó: «La biomasa también puede secarse y molerse para la fabricación de batidos, helados o para fortificar fideos. Lo interesante es que no tiene sabor ni olor, y su color es bastante blanquecino. Es como un lienzo en blanco para crear una variedad de alimentos».

El emprendedor logró desarrollar una biomasa del fusarium, que bautizó como Mycofood.

Hoy en día, la empresa encargada de llevar adelante este revolucionario desarrollo iniciado por el investigador argentino es Eternal, con Union Group como su principal inversor. La compañía se encuentra en proceso de cotizar en la bolsa de Canadá y se estima que su valor alcance entre 120 y 200 millones de dólares.

Aunque la biomasa aún no está disponible en el mercado, Eternal ya está produciendo a nivel industrial y enviando muestras a diversas empresas alimentarias interesadas en elaborar productos a partir de ella. Acerbo afirmó: «Nuestro objetivo es vender la biomasa a 5 o 6 dólares por kilogramo, y esperamos reducir ese precio a 3 dólares en aproximadamente dos años, cuando tengamos nuestras propias fábricas».

Además de la producción en China, Eternal cuenta con oficinas en Finlandia, Inglaterra y Estados Unidos. Por otro lado, el desarrollo de la inteligencia artificial se lleva a cabo en Málaga, España.

 

Mycofood llega al espacio desde el laboratorio

Uno de los recientes logros destacados de Eternal ha sido alcanzar las semifinales del Desafío Alimentario del Espacio Profundo, un concurso impulsado por la NASA que busca transformar la calidad de los alimentos consumidos por los astronautas durante sus misiones espaciales.

Acerbo comentó: «La próxima fase se llevará a cabo en diciembre y en enero se anunciarán los finalistas. Si llegamos a esa etapa, en febrero tendremos que mostrar en el laboratorio cómo generaremos la biomasa. Presentamos un proyecto que consiste en un pequeño biorreactor diseñado para viajar al espacio, utilizando una cantidad precisa de agua y energía para que los astronautas puedan producir la biomasa fúngica allí mismo».

«Los astronautas se alimentaron con muestras de hamburguesas y nuggets de pollo», dice el emprendedor.

Gracias a este concurso, Eternal estableció contacto con el Laboratorio de Vuelo Espacial Humano de la Universidad de Dakota del Norte, donde la NASA patrocina una misión análoga que simula la estadía en Marte. Durante esta misión, los astronautas consumieron muestras de hamburguesas y nuggets de pollo elaborados con la biomasa de hongo de Eternal.

En una época de creciente controversia en torno a los métodos de producción de proteína animal y con un auge en tendencias alimentarias como el veganismo o el vegetarianismo, Acerbo destaca las ventajas de Mycofood en comparación con otras alternativas en el mercado, como los alimentos a base de plantas o la carne cultivada en laboratorio.

«Hoy en día, la cadena de suministro está muy alterada. Lo interesante de nuestro proceso de fabricación es que prácticamente no dependemos de una cadena de suministro extensa. Solo necesitamos una fuente de carbono, agua, oxígeno, nitrógeno y un fermentador. No necesitamos tierra y podemos producir cerca del consumidor o de la empresa, evitando problemas geopolíticos, pandémicos o sequías», explicó Acerbo.

La compañía planea comenzar a vender la biomasa a mediados de 2023, y entre sus próximos planes se encuentra establecer sus propias fábricas en diferentes partes del mundo, como Estados Unidos, India y Europa, descentralizando así la producción de proteínas y asegurando su disponibilidad global.

Fuente: IProfesional