El espíritu navideño está en el cerebro

Por SINC.

La alegre y dulce nostalgia que algunos disfrutan con la Navidad no está alojada en sus corazones, sino en sus materias grises. Un equipo de investigadores ha mapeado las regiones del órgano pensante que se activan con estímulos propios de estas fechas y publican los resultados de su trabajo en el especial navideño de la revista BMJ.

Los detractores de la Navidad que, como Scrooge, el célebre protagonista del Cuento de Navidad de Dickens, consideran estas fiestas “paparruchas”, han de saber que su falta de entusiasmo podría tener explicación científica. Un nuevo estudio liderado por la Universidad de Copenhage localiza las cinco zonas del cerebro que más se activan con el espíritu navideño del que ellos carecen.

«La localización exacta del espíritu navideño es un primer paso fundamental para ser capaces de ayudar a este grupo de pacientes y puede contribuir a comprender la función del cerebro en las tradiciones y festividades culturales”, afirman los investigadores de este trabajo, publicado en el número navideño de la revista BMJ.

Como cada año, la edición especial del British Medical Journal incluye investigaciones que pueden despertar más sonrisas que verdadero interés científico, pero que han sido llevadas a cabo con pulcritud metodológica.

El equipo analizó las diferencias en los participantes para comprobar la activación cerebral específica relacionada con la Navidad./ Fotolia

El proceso

Examinaron a un total de veinte participantes que dividieron en dos grupos según sus respuestas en un cuestionario: el grupo navideño –aquellos que celebraban la Navidad y la asociaban con sentimientos positivos– y el grupo no navideño –aquellos que no la celebraban y que tenían un sentimiento neutral hacia esta festividad– .

Según destacan con mucha sorna los autores al exponer los métodos de su experimento, todos los participantes estaban sanos, y durante el proceso no consumieron ponche de huevo ni pan de jengibre. Ambos platos son típicos de la Navidad en Estados Unidos.

Cada participante fue monitorizado mientras veía 84 imágenes con gafas de vídeo. Las imágenes se visualizaban durante dos segundos, y después de seis consecutivas con un tema navideño, había otras seis con motivos cotidianos, sin relación con estas fiestas.

El seguimiento cerebral se realizó mediante imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI en sus siglas en inglés) que miden los cambios que se producen en la oxigenación y el flujo de la sangre en el cerebro en respuesta a la actividad neuronal. Con estos datos, se crean mapas de activación que muestran qué partes del cerebro están involucradas en un proceso mental en particular.

Diferencias en la activación cerebral

El equipo analizó las diferencias en los mapas para comprobar la activación cerebral específica relacionada con la Navidad y los resultados mostraron que cinco áreas del cerebro respondían a las imágenes relacionadas con las fiestas de una forma mucho mayor en el caso de grupo navideño que en el grupo no navideño

Activación cerebral en los distintos grupos./ BMJ Publishing Group Ltd

Estas áreas incluyen la corteza motora primaria y la corteza premotora, el lóbulo parietal superior, el lóbulo parietal inferior y la corteza somatosensorial primaria. Son zonas que se asocian con la espiritualidad, los sentidos somáticos y el reconocimiento de emociones faciales, entre otras muchas funciones. Por ejemplo, los lóbulos parietales izquierdo y derecho desempeñan un papel en la autotrascendencia.

A pesar de estos descubrimientos, los autores puntualizan que se necesita más investigación para comprender el espíritu navideño y para profundizar en la presencia de otros posibles circuitos festivos en el cerebro, como los relacionados con las celebraciones de Pascua, Janucá, Eid y Diwali.

«Aunque alegres e intrigantes, estos resultados deben ser interpretados con cautela. Algo tan mágico y complejo como el espíritu navideño no puede ser completamente explicado por la actividad cerebral detectada por si sola», concluyen.

 
 
 

Referencia bibliográfica: Anders Hougaard et al. “Evidence of a Christmas spirit network in the brain: functional MRI study” British Medical Journal (16 de diciembre de 2015) doi:10.1136/bmj.h6266

 
 

Fuente: SINC.

ESTRENO | Documental | Miralo por nuestra pantalla

Estreno en pantalla por la señal 22.5 de la TDA o por streaming en vivo acá


El martes 19 de diciembre a las 20 h y el miércoles 20 a las 22 h estrenamos por nuestra pantalla este documental realizado por CONICET Documental junto al equipo técnico del Programa Nacional de Ciencia y Justicia, que recoge y analiza los hechos de violencia estatal perpetrados por fuerzas federales en diciembre de 2001 que provocaron la muerte de cinco manifestantes en la Ciudad de Buenos Aires, en el contexto del estado de sitio decretado por el gobierno del Presidente de la Nación, Fernando de la Rúa.

Inspirado por el cuento de Edgar Allan Poe “Un descenso al Maelström”, el físico forense Rodolfo “Willy” Pregliasco diseñó el panóptico, un programa que ordena temporal y espacialmente las imágenes de aquel día. Esta herramienta permitió, a lo largo del juicio, ubicar a las víctimas y testigos y relacionar las órdenes policiales transmitidas por radio para reconstruir lo sucedido. 



Las grandes festividades cambian los patrones de contaminación lumínica a escala global

Por SINC.

La Navidad cristiana, el Ramadan musulmán, el Año Nuevo chino o el Diwali hindú hacen que la intensidad de la iluminación nocturna varíe, con unos efectos que se extienden más allá de las zonas urbanas. Así lo constata un estudio del Museo Nacional de Ciencias Naturales junto a otros organismos del CSIC, que pone de manifiesto la estrecha relación entre los niveles de transformación de la luz nocturna y la actividad cultural de nuestra sociedad. 

Un equipo de investigación del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), el Instituto de Ciencias del Mar (ICM) y la Estación Biológica de Doñaña (EBD), todos del CSIC, ha comprobado cómo las grandes festividades de las diferentes sociedades humanas modulan los patrones de contaminación lumínica a escala global.

Así, la Navidad cristiana, el Ramadan musulmán, el Año Nuevo chino o el Diwali hindú provocan que la intensidad de la iluminación nocturna varíe en función de la celebración que esté en curso.

El trabajo, publicado en la revista People and Nature, pone de manifiesto la estrecha relación entre los niveles de contaminación lumínica y la actividad cultural de nuestra sociedad, unos efectos que se extienden más allá de las zonas urbanas. 

Mercado de Navidad en Frankfurt, Alemania. / Pixabay.

La transformación del paisaje nocturno que provoca la luz artificial, comúnmente conocida como contaminación lumínica, es una marca inconfundible de la actividad humana en la Tierra, y tiene graves consecuencias para los organismos vivos.

“Comprender cómo las actividades humanas influyen en la contaminación lumínica es clave para evaluar su impacto y diseñar posibles medidas de mitigación”, contextualiza el investigador del ICM Francisco Ramírez.

“Trabajos anteriores habían relacionado el desarrollo económico de los países con sus patrones de contaminación lumínica, determinando que, en general, son los más ricos los que más contaminan. Sin embargo, esta es la primera vez que se evalúa cómo determinadas actividades socioculturales afectan a escala global”, continúa Ramírez.

Satélites vigías

Para la elaboración del trabajo, el equipo analizó imágenes de satélite que muestran la intensidad de la luz entre 2014 y 2019, lo que les permitió obtener datos de este tipo de contaminación a escala global.

El análisis de los datos confirma que durante la Navidad se produce un pico de contaminación lumínica en los países cristianos, mientras que, en los países musulmanes e hindúes, los picos anuales coinciden con el Ramadán y el Diwali, respectivamente. En el caso de China y Vietnam, el pico de contaminación lumínica coincide temporalmente con la celebración del Año Nuevo.

“Los resultados muestran que festividades y celebraciones que implican grandes concentraciones de personas y el uso de luces nocturnas afectan al patrón estacional de intensidad lumínica, lo que puede tener efectos sobre una gran variedad de especies”, explica la investigadora del ICM Marta Coll. “Es lo que ocurre con una gran variedad de especies que se ven atraídas por las luces artificiales, a menudo con consecuencias fatales”, agrega Coll. 

Por su parte, el investigador del MNCN Airam Rodríguez destaca que “las variaciones observadas en los niveles de luz contaminante proveniente de las celebraciones podrían ser mayores, pues el sensor con el que se toman las imágenes satelitales utilizadas en nuestro estudio es poco sensible a la luz azulada. Sin embargo, es precisamente ese tipo luz, es decir, la emitida en el rango del azul, la más perjudicial para la salud y la biodiversidad”. 

«Este trabajo proporciona una base sólida para desarrollar medidas de planificación y gestión que permitan mitigar los efectos de la contaminación lumínica», señala Andre Chiaradia del Phillip Island Nature Parks de Australia.

«Los datos obtenidos revelan la necesidad de monitorear de forma continuada este tipo de contaminación para entender su efecto sobre el medio natural y poder desarrollar políticas globales destinadas a promover un uso de las luces artificiales que sea compatible con la preservación del mundo natural”, concluye Chiaradia. 

Este trabajo ha sido financiado por los proyectos nacionales SOSPEN y SEASentinels, y el proyecto europeo GES4SEAS.MN

 
 

Referencia: Ramírez, F. et al. «Large-scale human celebrations increase  global light pollution». People and Nature (2023)

Fuente: Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) y SINC.