CAREM, el reactor nuclear modular 100% argentino

Su construcción representa un hito en el plan de transición energética argentino, el cual contempla a la energía nuclear como un recurso estratégico. Además, es un sector en el que nuestro país tiene experiencia y reconocimiento a nivel mundial.

En la localidad bonaerense de Lima, partido de Zárate, con un desarrollo en su construcción que supera el 79%, continúa avanzando la obra del CAREM, un reactor nuclear modular de baja potencia íntegramente diseñado en nuestro país. Esta primera versión será capaz de generar 32 MWe (megavatios eléctricos), potencia suficiente para cubrir las necesidades de una población de 120.000 habitantes, aunque su principal objetivo es validar el diseño de cara a la futura construcción de módulos de mayor potencia, calculada en el orden de los 120 MWe cada uno. Este tipo de reactor se destaca por un riguroso estándar de seguridad aplicado desde el diseño, obtenido mediante soluciones de alta ingeniería que simplifican su construcción, operación y mantenimiento.

Avanza la construcción del reactor CAREM. Foto/crédito: Comisión Nacional de Energía Atómica.

El proyecto es desarrollado por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y coloca a la Argentina en camino de liderar la provisión mundial en el segmento de reactores modulares de baja y media potencia (SMR-Small Modular Reactor). Estos reactores son tendencia global en materia de energía nuclear ya que se trata de instalaciones mucho más pequeñas dotadas de un diseño más simple y seguro.

Además, al construirse por módulos, los SMR resultan más convenientes a nivel económico porque es posible producir varios de sus componentes en serie y porque, en la medida que sea necesario incrementar su potencia, permiten sumar módulos de manera más flexible que centrales más grandes, que requieren de significativas inversiones iniciales para su puesta en marcha.

Uno de los objetivos estratégicos que persigue este proyecto es el desarrollo de una cadena de proveedores calificados, para que la mayor cantidad posible de insumos, componentes y servicios necesarios para la operación del reactor sean provistos por empresas argentinas, con el objetivo de continuar expandiendo el sector y la industria nuclear en el país. Para fomentar la creación de dicha cadena de valor local, se tomó la decisión estratégica de que la primera versión del CAREM cuente con al menos un 70% de componentes de ingeniería nacional.

Esta clase de reactores tienen una gran proyección para el abastecimiento eléctrico de zonas alejadas de los grandes centros urbanos o de polos fabriles e industriales con alto consumo de energía, e incluso, poseen la capacidad de alimentar plantas de desalinización de agua de mar o de producción de hidrógeno (la variante conocida como “hidrógeno rosa”), como también de aprovechar el calor residual para alimentar sistemas de calefacción.

Foto/Créditos: Comisión Nacional de Energía Atómica.

En forma paralela al desarrollo de esta primera versión de 32 MWe, la CNEA avanza en el diseño conceptual del módulo comercial del CAREM, que tendrá una potencia de alrededor de 120 MWe y que permitirá también consolidar el diseño de una central multi-reactor, a costos muy competitivos para el mercado internacional.

El CAREM es uno de los pocos reactores modulares que se están construyendo en todo el mundo, en vistas de un mercado que comienza a crecer muy fuertemente (de hecho, existen unos 80 diseños en el mundo, de los cuales cerca de 20 se encuentran en curso, aunque sin pasar aún a la etapa de construcción). Como es sabido, la energía es un tema central de la agenda mundial y la soberanía energética resulta de vital importancia para todos los países. 

Diversos estudios realizados sobre las perspectivas de cambio en la matriz energética a nivel mundial, señalan que el aporte de las energías renovables enfrenta el problema de la intermitencia en la provisión energética. Por eso, las energías de base en Argentina, tanto la hidráulica como la nuclear, son fundamentales mientras se avanza en estrategias tecnológicas de acoplamiento entre las energías renovables y proyectos como el CAREM, a fines de continuar liderando científica y tecnológicamente en la región en ambos campos de la producción energética.

Fuente y fotos: Comisión Nacional de Energía Atómica.