La productora comenzó a registrar las primeras escenas de una nueva ficción que será estrenada antes de fin de año por nuestra pantalla.
Esta mañana, con la producción de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, comenzó el rodaje de “Crónicas de un método” una de las series ganadoras del “Concurso de producción de series de ficción sobre temáticas científicas y tecnológicas” que organizamos junto al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). La serie, protagonizada por Paola Barrientos, se enfoca en la historia de Clara Nemesio una bióloga argentina de 40 años y bisnieta de Juan Vucetich, el reconocido científico y policía que desarrolló y puso en práctica por primera vez en la historia el método para la identificación de personas a partir de sus huellas dactilares con el que revolucionó la criminología a nivel mundial. Al igual que su bisabuelo, Clara es una eminencia en temas de identidad y trabaja en un renombrado instituto junto a Lorenzo, un joven médico de 30 años, y a Florencia una avezada programadora de apenas 23 años.
Juntos se ocupan de resolver diferentes casos asistiendo a fiscales en plena investigación, colaborando con la policía y para clientes especiales con el dinero suficiente para contratar sus servicios. Sin embargo, una denuncia por una pericia adulterada, que lleva la firma de Clara, abre una investigación que puede concluir con el cierre del instituto. Al mismo tiempo, mientras prepara la defensa para enfrentar esa acusación, comienza a recibir mensajes anónimos cada vez más violentos, indicando que el legado de su bisabuelo está fundado en una mentira: otra pericia falsificada, cien años antes. Ante ese escenario que amenaza tanto su lugar de trabajo como el legado de su bisabuelo, la protagonista deberá redoblar esfuerzos para limpiar su nombre y descubrir quién está detrás de todo.
Una vez terminada, la serie será estrenada por nuestra pantalla en la señal 22.5 de la TDA y por nuestro streaming en vivo.
El holandés Gert-Jan Oskam, que sufrió hace más de una década una lesión medular a causa de un accidente, ha recuperado el control natural de sus piernas paralizadas con la ayuda de un ‘puente digital’. Este sistema restablece la comunicación entre el cerebro y la médula espinal y transforma el pensamiento en acción con inteligencia artificial. El avance ha estado liderado por investigadores suizos.
Un puente digital para volver a caminar tras una parálisis. Créditos: Agencia SINC Ciencia
El neurocientífico Grégoire Courtine, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), junto a la neurocirujana Jocelyne Bloch, del Centro hospitalario Universitario de Vaud de la EPFL (ambos en Suiza), llevan años investigando para que personas con la médula espinal dañada vuelvan a andar. En 2018, lograron que tres hombres paralizados desde hacía varios años consiguieran ese objetivo, tras introducirles implantes electrónicos en la médula espinal.
Ahora, un equipo, a cuyo frente están ambos investigadores, ha desarrollado una tecnología inalámbrica que ha permitido volver a caminar a Gert-Jan Oskam, un hombre holandés 40 años que, hace más de una década, sufrió la parálisis de sus piernas por daño medular tras un accidente de bicicleta.
“Hemos creado un ‘puente digital’ entre el cerebro y la médula espinal, mediante una interfaz cerebro-ordenador [BCI], que transforma el pensamiento en acción con algoritmos de inteligencia artificial”, destaca Courtine, líder del estudio publicado en Nature.
El paciente toma el control
Los autores explican que esta tecnología permitió al paciente recuperar el control natural del movimiento de sus piernas paralizadas. Además, después de varias sesiones de rehabilitación con la BCI, el equipo cuantificó notables mejoras en sus percepciones sensoriales y habilidades motoras, que se mantuvieron incluso cuando el dispositivo estaba desconectado.
En este sentido, Andrea Gálvez Solano, investigadora de la EPFL y primera firmante del trabajo, comenta a SINC que “la novedad de la BCI es que el paciente puede controlar la estimulación —y por tanto los movimientos— directamente a través de sus pensamientos”.
Según Gálvez, “esto significa que es capaz de dar pasos más largos o cortos, caminar sobre diferentes superficies e incluso subir escaleras, adaptándose a los entornos de la vida cotidiana. Es probable que la activación simultánea de las neuronas por encima y debajo de la lesión, que permite la interfaz, junto con sesiones de rehabilitación específicas, favorezca la recuperación neurológica y mejore el cuadro clínico del paciente, subraya.
Tras de varias sesiones de rehabilitación con la BCI, el paciente experimentó notables mejoras en las percepciones sensoriales de y habilidades motoras que se mantuvieron incluso con el dispositivo desconectado. / CHUV/Gilles Weber
Para establecer el puente digital, se necesitaron dos tipos de implantes electrónicos. Bloch lo explica: “Hemos implantado electrodos, desarrollados por el centro de investigación público francés CEA, sobre la región del cerebro que controla el movimiento de las piernas. Estos dispositivos permiten descodificar las señales eléctricas que genera el cerebro cuando pensamos en caminar. También “colocamos un neuroestimulador conectado a una guía de electrodos sobre la región de la médula espinal encargada de las extremidades inferiores”.
Por su parte, Guillaume Charvet, responsable del programa BCI en el CEA, comenta que “gracias al uso de algoritmos de inteligencia artificial adaptativa, las intenciones de movimiento del paciente se descodifican en tiempo real a partir de registros cerebrales”.
A continuación, “estas intenciones se convierten en secuencias de estimulación eléctrica de la médula espinal, que a su vez activan los músculos de las piernas para lograr el movimiento deseado. Este puente digital funciona de forma inalámbrica, lo que permite al paciente desplazarse de forma autónoma”, señala el experto.
Otras posibles aplicaciones
Oskam cuenta que, después de doce años, ha recuperado la agradable sensación de poder compartir una cerveza de pie en un bar con sus amigos: «Este simple placer representa un cambio significativo en mi vida», comenta satisfecho.
Hasta el momento, el sistema BCI solo se ha probado con él. Sin embargo, según Gálvez, “en el futuro, podría utilizarse una estrategia parecida para restablecer las funciones del brazo y la mano. También podría aplicarse a otros problemas neurológicos, como la parálisis debida a un ictus«.
La empresa ONWARD Medical, junto con el CEA y la EPFL, ha recibido apoyo de la Comisión Europea a través de su Consejo Europeo de Innovación para desarrollar una versión comercial del puente digital, con el objetivo de que la tecnología esté disponible en todo el mundo.
Referencia: G. Courtine et al.“Walking naturally after spinal cord injury using a brain–spine interface”. Nature (mayo, 2023)
Estados Unidos está próximo a aprobar la terapia con MDMA, popularmente conocida como éxtasis, en casos de síndrome de estrés postraumático.
En los últimos años, drogas consideradas ilícitas han recibido un incrementado interés debido a su potencial terapéutico. Al cannabis medicinal ahora se le suma el MDMA o éxtasis, una droga psicodélica que podría aplicarse en aquellas personas que experimenten síndrome de estrés pos-traumático (SEPT).
Rick Doblin, un activista que promueve el uso de drogas psicodélicas para tratamientos médicos, aventura que la aprobación por parte de la FDA (ente regulador equivalente al Anmat en EEUU) para estos tratamientos podría darse durante el 2023. El activista es el fundador y presidente de la organización sin fines de lucro MAPS: Multidisciplinary Association for Psychedelic Studies y ha pasado casi cuarenta años investigando si el MDMA puede ayudar a personas con trastorno de estrés postraumático.
Créditos feelthebrain.me
Ensayos clínicos
En 2021 se realizó un ensayo clínico de fase III con noventa personas con SEPT y se encontró que aquellos que recibieron MDMA junto con psicoterapia tenían el doble de probabilidades de recuperarse en comparación a aquellos que recibieron psicoterapia y placebo. En un artículo recientemente publicado en la revista Nature, MAPS asegura haber completado una segunda prueba aún más grande, también con resultados positivos. Los próximos pasos incluyen la solicitud de la aprobación de este tipo de tratamientos por parte de la FDA; un punto de inflexión que podría suceder en octubre.
De aprobarse el uso de MDMA en tratamientos médicos, marcaría un cambio abrupto en las investigaciones detrás de este tipo de drogas. El hecho de que sean ilegales hace muy dificultoso su estudio, al abandonar este estado seguramente se caigan muchas barreras que impiden generar conocimiento.
Estados Unidos no es el único
La terapia psicodélica no solo es cosa de Estados Unidos. En febrero de este año, Australia aprobó el uso de MDMA para el tratamiento de SEPT. Si bien el uso de esta droga aún está muy restringido, se espera que la reciente aprobación abra las puertas al empleo de otro tipo de sustancias como la ketamina, la ayahuasca, el LSD y la psilocibina (principio activo de los hongos alucinógenos).
Para 2028 el mercado de los psicodélicos podría tener un valor de más de 8 mil millones de dólares, a pesar de que el MDMA existe desde 1912 y no puede ser patentado. Esto último genera pocos incentivos financieros para el desarrollo de terapias basadas en psicodélicos.
Aún quedan muchos interrogantes y uno de los más relevantes se vincula con responder a cómo se administrarían este tipo de drogas. Los miembros de MAPS indican que deben administrarse en conjunto con psicoterapia desarrollada por los científicos de la compañía; el problema es que la FDA no regula este tipo de tratamientos. Tampoco está claro si la aprobación de MDMA facilitará el camino para otras compañías que esperan estudiar y desarrollar terapias psicodélicas ya que, si surgen problemas después de que se apruebe la droga, el público y la voluntad política podría volverse en contra de los psicodélicos.
Cómo funciona
La teoría sostiene que el MDMA permite que las personas enfrenten su trauma amortiguando la respuesta de la misma manera que lo hace el alcohol, pero sin la confusión y con menos efectos secundarios. Gran parte de las terapias del SEPT se enfocan en que la persona se concentre en un evento traumático para que pueda superarlo. Esto, muchas veces, es un proceso doloroso en sí mismo. El MDMA incrementa las emociones positivas y permite a las personas hacer otro tipo de conexiones. Doblin afirma que, a pesar de la prohibición, miles de pacientes han sido tratados con este tipo de principios.