Revelan la estructura de la proteína responsable de la enfermedad de Huntington

Por SINC.

Un trabajo científico en el que participan investigadores del CSIC aporta nuevas claves sobre el papel de la huntingtina en la formación de agregados proteicos tóxicos en el cerebro de las personas que padecen esta enfermedad neurodegenerativa rara.

Un equipo con participación de investigadores del Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha revelado la estructura de la proteína responsable de la enfermedad de Huntington, una patología neurodegenerativa grave que se caracteriza por el trastorno progresivo del movimiento y la función cognitiva.

Los resultados del trabajo, publicado en la revista Nature Structural and Molecular Biology, allanan el camino hacia una mejor comprensión de la enfermedad, ya que aporta nuevas claves sobre el mecanismo que desencadena la formación de agregados proteicos en el cerebro de estos pacientes.

La enfermedad de Huntington se desencadena por una mutación genética que afecta a la proteína huntingtina. Este defecto se debe a la expansión de los nucleótidos citosina, adenina y guanina, encargados de codificar en el ADN la síntesis de la glutamina, uno de los 20 aminoácidos que intervienen en la composición de las proteínas. Como resultado, se incrementa el número de glutaminas en la proteína, algo que está directamente relacionado con la formación de agregados proteicos en el cerebro.

 
Ramon Crehuet, investigador del Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC). / CSIC / Alejandro Rodríguez.

A pesar de que se desconoce la función de la proteína huntingtina, hasta ahora se sabe que está implicada en el desarrollo neurológico y que es necesario un número mínimo de moléculas del aminoácido glutamina para este desarrollo. Pero hay un umbral de repeticiones de glutaminas en la proteína huntingtina a partir del cual una persona desarrolla la enfermedad. La población sana tiene entre 17 y 23 glutaminas consecutivas, pero por encima de 36 se desarrollan los síntomas de la enfermedad.

La enfermedad, considerada rara, afecta aproximadamente a uno de cada 10.000 habitantes en la mayoría de los países europeos, aunque también existe en el resto del mundo en diferentes proporciones. En España se estima que más de 4.000 personas la padecen, según la Asociación Española Corea de Huntington.

Una nueva perspectiva
 

“Aunque todavía no están establecidas las bases de la enfermedad, se cree que esas repeticiones adicionales de glutaminas hacen que las proteínas interaccionen entre sí y se facilite la formación de precipitados y acúmulos proteicos, lo que resulta en la degeneración neuronal y en síntomas como la pérdida de coordinación y la demencia”, detalla Ramon Crehuet, investigador del CSIC en el IQAC y uno de los firmantes del trabajo liderado por Pau Bernadó, del Centre de Biologie Structurale de Montpellier (Francia).

El científico español indica que “se sabe que la proteína con un determinado número de glutaminas hace más propensa la aparición de la enfermedad, pero seguimos sin entender del todo por qué la estructura de la proteína cambia y se vuelve más tóxica”.

Ahora, los resultados de esta investigación revelan que no hay ningún cambio cualitativo entre la estructura de la huntingtina con un número patológico de repeticiones de glutamina, y la huntingina de personas sanas. Solo hay cambios graduales que se incrementan a medida que aumenta el número de glutaminas.

“Nuestros resultados aportan una nueva perspectiva del umbral patológico de la enfermedad que va más allá de la longitud de la cadena de repeticiones de glutaminas. Conocer la estructura de la proteína y el mecanismo de su agregación puede ser el primer paso para diseñar fármacos que ayuden a paliar los síntomas y mejorar la vida de los pacientes”, resalta el investigador del CSIC.

La exploración de la estructura de las proteínas puede abrir nuevas posibilidades para una mejor comprensión de las enfermedades por expansión de tres nucleótidos, entre las que, además de la enfermedad de Huntington, se encuentran la enfermedad de Kennedy, la distrofia miotónica o el Síndrome del X frágil.

Referencia: Bernadó, P. et al. «The structure of pathogenic huntingtin exon1 defines the bases of its aggregation propensity». Nature Structural & Molecular Biology (2023)

 
 
Fuente: SINC.

El imperio de los olores: ¿Cómo el olfato le habla al cerebro?

POR María Ximena Perez para AGENCIA DE NOTICIAS CIENTÍFICAS UNQ

Sin ningún tipo de filtro, es el más emocional de todos los sentidos y la forma más antigua de comunicación. Claves para entenderlo.

Un olor puede enamorar, determinar decisiones, causar cambios anímicos, abrir el apetito y, a la inversa, generar rechazo, provocar asco y hasta despertar dolores de panza. ¿Cuánto influye lo que el olfato le cuenta al cerebro? ¿Cómo se discriminan los aromas? ¿Cómo pueden los olores activar las emociones? 

Cuando el sistema nervioso capta olores en base a una combinación de habilidades innatas, experiencias individuales y orientaciones socioculturales, se ponen en marcha ciertos mecanismos que, en diálogo con la Agencia de noticias científicas de la UNQFernando Locatelli, Investigador del Conicet en el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (UBA), los explica así: “Nacemos con una cantidad determinada de receptores olfatorios ubicados en el epitelio olfatorio, que interactúan con una cantidad determinada de odorantes o moléculas, capaces de generar la sensación de un olor. De acuerdo a la combinación de receptores que se activa con determinada molécula, es la identidad que nosotros vamos a percibir. Con pocos receptores, y a través de un sistema combinatorio, se pueden discernir millones de olores distintos”.

Los olores no se perciben de una manera consciente sino que generan y provocan estados anímicos particulares sin previo aviso. Crédito: Grazia.

En ese sentido, el investigador detalla que los receptores olfatorios están en las neuronas sensoriales olfatorias, encargadas de enviar directamente información de olor al bulbo olfatorio: el primer centro del olfato en el sistema nervioso central del cerebro. “Esto es una particularidad propia y única del olfato, que se traduce en una única neurona que transmite directamente al cerebro. Es una vía directa, sin ningún tipo de procesamiento de la información”, describe.

Olfato y cerebro: el dúo dinámico que activa las emociones

Así como un buen aroma puede provocar, por ejemplo, la sonrisa a un perfecto desconocido, o que se recuerde aquel verano, casi olvidado, también uno desagradable, artificial, químico, puede conseguir colarse por la nariz e instalarse en la garganta, contaminando todos los sabores y todas las emociones del día. Es decir, el olor es un potente activador de las emociones.

Esto sucede porque en el sistema límbico del cerebro, la parte que se encarga de regular las respuestas fisiológicas y emocionales del cuerpo, hay un órgano, la amígdala, que conecta aromas con emociones. De ahí que se pueda asociar determinados olores con la niñez o la adolescencia. Es decir, el cerebro, metódico, ordenado y siempre abierto a los estímulos, clasifica cada olor y lo incorpora a un archivo de aromas que, a su vez, está enlazado con uno relativo a las emociones. Si se suman y se relacionan aromas y emociones se consigue crear algo así como recuerdos (buenos o malos, según qué se huela) que quedarán grabados en la memoria y aflorarán cuando el olor asociado se repita.

Un sentido complejo y misterioso

Según dice el doctor en Biología e investigador del Conicet, “la plasticidad olfativa expresa el modo en que las percepciones y las codificaciones de los olores se modifican a medida que afrontamos experiencias que nos vinculan a ellos”. En esa dirección, detalla que “el olfato tiene un montón de cualidades explícitas e implícitas que nos alteran y modifican como seres humanos”. Explícitas porque los olores evocan recuerdos y experiencias; e implícitas porque tienen un valor de señal que indica, por ejemplo, que un ambiente puede ser o no amigable, o bien, que un peligro o una recompensa puede estar cerca. Como resultado, ello provoca que, en un ambiente determinado, la gente pueda sentirse más a gusto o no.

De este modo, el olfato se encuentra muy ligado a las emociones y es precisamente eso lo que dificulta al ser humano desarrollar una conciencia real y efectiva de todo lo es capaz de advertir mediante su bondadoso sistema. “En efecto, a pesar de que la mayoría de las veces nos resulta muy elemental, se trata de un sentido bastante complejo y misterioso”, concluye Locatelli.

Lo cierto es que, más allá de los olores innatos y los significados tras las experiencias particulares de cada individuo, el olfato es categorizado como una modalidad sensorial ancestral porque se trata de uno de los sentidos más primitivos, que denota una precisión admirable. Sin duda, el mayor aliado para hacer frente al mundo que nos rodea.

 

Fuente: Agencia de Noticias Científicas UNQ

Ya casi ni duermo porque hasta dormido pienso

Por Romina Zanellato

La frase de Khea, de su nuevo disco, habla sobre su depresión. Lo mismo hicieron Alejandro Sanz y Marilina Bertoldi. Un tema que deja de ser tabú.

Era 2017. La curva ascendente de El quinto escalón estaba dejando atrás al freestyle y aparecían las canciones. Eran tiempos -no hace tanto, pero parece mucho en la urgente juventud- donde el Snapchat era canchero. Khea no tenía ni 18 años. La primera canción que grabó, su estreno en un estudio, fue con su amigo Duki y la jefa Cazzu, hicieron el gran hit del trap argentino. «Loca«, la primera canción del género que perforó su propio techo, sonó en todas las radios, los teléfonos, los parlantes, los autos durante una temporada. Khea, la voz e imagen de esa canción, estaba en la gloria. «Loca» tiene en YouTube más de 700 millones de reproducciones. Tan pegadiza que Bad Bunny hizo un remix. Y a partir de ahí, otro hit, y después otro más. Las cifras lo confirman: 10 millones de oyentes mensuales. A partir de ahí las fiestas, las pastillas, el ritmo vertiginoso e indomable del éxito. «Un día me levanté, me miré al espejo y me dije no sé si esto es lo que quiero», dice en el trailer de su último disco. La depresión tocó a su puerta y lo que vino con ella fue el aislamiento y los ataques de pánico. Casi dos años paró su carrera. 

La salud mental es el tema central de su nuevo disco. Su nombre es Serotonina, la sustancia química que el cuerpo produce de forma natural a nivel neurotransmisor, que cuando está baja produce ansiedad, temblores, y cuando está alta se siente bienestar. En la Caja Negra de Julio Leiva, Khea contó sobre su historia familiar, la internación psiquiátrica de su mamá cuando él era chico, su tendencia a la depresión: “Mi diagnóstico fue depresión con rasgos de paranoia. Tomaba un montón de pastillas, pensaba que me iban a internar, ni yo entendía lo que me pasaba, estaba cansado de todo lo que tenés que hacer para vivir”. Con 23 años, empezó terapia, un camino espiritual para reencontrarse y hablar de lo que le pasaba. Allí encontró un proceso de sanación. Eso le trajo la recuperación personal y la de los lazos laborales, hasta empezar a hacer música de nuevo. «En Serotonina quise un disco más conceptual transformando lo que viví en arte», le dijo a Leiva. Lo de Khea no es aislado. Cada vez más músicos y artistas hablan sobre su salud mental.

 

En la misma semana que salió el disco del trapero, Alejandro Sanz habló sobre su propia experiencia en su cuenta personal de Twitter. De gira por Latinoamérica, el 26 de mayo dijo: “No estoy bien. No sé si esto sirve de algo pero quiero decirlo. Estoy triste y cansado. Por si alguien más cree que hay que ser siempre una brisa de mar o un fuego artificial en una noche de verano. Estoy trabajando para que se me pase… llegaré a los escenarios y algo dentro me dirá qué hacer. Pero a veces no quiero ni estar”. Dos días después, el cantautor que en su carrera vendió más de 25 millones de discos en todo el mundo, ganó 24 Grammys Latinos y 4 Grammys estadounidenses, contó más sobre su situación: “He tenido un brote fuerte este fin de semana y aunque aún no termina de llegar la luz, parece que se ha despertado una luciérnaga en mi pecho. No quiero suspender la gira porque creo que con la ayuda correcta y un poco de comprensión y apoyo en los shows, lo vamos a sacar adelante. Además creo que encerrarme no es buena idea”. 

Si Khea puede funcionar acá como un representante de la juventud, con 23 años, y Sánz como uno mayor, de 54, al que le pasa más o menos lo mismo, Marilina Bertoldi es la que está en el medio, con 34 años. Para la salud mental no hay premios, ni shows, ni seguidores, ni géneros, ni cantidades de seguidores que importen, ni clases sociales. «En la pandemia llegué a un límite. Entré en una, en un pozo muy fuerte, como hacía muchos años que no tenía. Volví a asustarme, a sentir que me volvía loca. Después sentí que estaba loca», me dijo cuando la entrevisté para la revista Rolling Stone en mayo de 2022. El encierro en sí misma, sumado al de la pandemia, fue un ahogo que la aisló, pero tomó la decisión de salir adelante, de ver el amor que tenía alrededor con sus amigos, su familia y su público. «Y empecé a informarme sobre salud mental. Empecé a hacer terapia otra vez y a comunicarme muy de a poco». En Mojigata hay una canción que retrata ese período de depresión, “Vivo pensando en ayer”, en la que se pregunta: «¿Me alcanzarán, me alcanzarán / Esas pastillas que me hacen sentir más normal?”

La depresión ocupa la principal posición entre los trastornos mentales y es dos veces más frecuente en mujeres que en hombres, según la Organización Mundial de la Salud. Entre el 10 y 15% de las mujeres en países industrializados y entre el 20 y 40% de las mujeres en países en desarrollo lo sufren. 

En Argentina, 1 de cada 3 personas presenta un problema de salud mental a partir de los 20 años. Las problemáticas más frecuentes son los trastornos de ansiedad, del estado de ánimo y los problemas por consumo de sustancias, indica la web del Ministerio de Salud de la Nación. Pero los padecimientos no son irreversibles, pueden tratarse. Hablar y romper los estereotipos, como bien estuvieron haciendo los artistas, representa un primer paso para derribar falsas creencias y superar la estigmatización hacia las personas con trastornos de salud mental.

Fuente: Cenital