Cuestiones éticas en torno a las células ‘inmortales’ de Henrietta Lacks

Por María Montoya para SINC

Cuando Henrietta asistió al Hospital Johns Hopkins en Baltimore en enero de 1951, el único en el área que trataba a afroamericanos en ese momento, no sabía que lograría una especie de ‘inmortalidad’. Sus células cancerosas, extraídas sin su consentimiento y denominadas HeLa por sus iniciales, se han usado en más de 70.000 estudios, en campos como el cáncer, la biotecnología o la inmunología.

Henrietta Lacks era una mujer afroamericana de 31 años y madre de cinco hijos cuando murió de cáncer de cuello uterino en 1951. Este hecho hubiera pasado desapercibido si no fuera porque su nombre y su memoria perduran, sin su consentimiento, en la forma de un notable linaje de células en continua división que han logrado, en todos los sentidos y propósitos, la “inmortalidad”.

Sus células cancerosas han seguido viviendo en los laboratorios de todo el mundo mucho más allá de la muerte de Henrietta Lacks, replicándose tan prolíficamente que colocadas de punta a punta podrían envolver la Tierra tres veces.

Cartel conmemorativo de Henrietta Lacks en Clover, Virginia (EE UU) «Nacida en Roanoke el 1 de agosto de 1920, Henrietta Pleasant vivió aquí junto a sus parientes después de la muerte de su madre en 1924. En 1941 se casó con David Lacks y, como muchos otros afroamericanos se mudó a Baltimore, Maryland, buscando empleo en tiempos de guerra. Murió de cáncer de cuello uterino el 4 de octubre de 1951. Muestras de su tejido célular fueron tomadas sin su permiso (como era usual en aquellos tiempos) para investigación médica. Sus células se multiplicaron en altas tasas y sobrevivieron de una manera  extraordinaria dando origen a la mundialmente conocida como «línea HeLa», el estándar de oro de las líneas celulares. Con ellas, Jonas Salk, desarrollo la vacuna contra la polio. Henrietta Lacks, cuya muerte salvó incontables vidas, está enterrada en las inmediaciones.  / Crédito: Wikipedia.

Cuando Henrietta asistió a una clínica de cáncer en Johns Hopkins en Baltimore en enero de 1951, el único hospital en el área que trataba a afroamericanos en ese momento, no sabía que lograría una especie de ‘inmortalidad’.

Su cirujano, Howard Jones, tomó una biopsia de tejido de su útero canceroso sin su conocimiento y, por tanto, sin su consentimiento. Jones se las pasó a George Otto Gey, médico e investigador del cáncer en el mismo hospital de Baltimore, quien quedó asombrado por la capacidad de aquellas células para replicarse en cultivo de laboratorio.

Normalmente, las células cancerosas se dividían varias veces y luego morirían antes de que se pudieran realizar estudios con ellas. Pero las de Henrietta siguieron dividiéndose y dividiéndose, siempre y cuando se les alimentara con la combinación correcta de nutrientes para que crecieran.

Primera línea celular humana

A partir de esa observación, las células cancerosas de Henrietta se convirtieron en la primera «línea celular» humana que se estableció en cultivo. Gey las nombró por las dos primeras letras de su nombre: HeLa…  Y comenzó la historia.

Henrietta Lacks (1920-1951) alrededor de 1945-1950. /Wikimedia

Desde entonces, las células HeLa se han convertido en la línea celular humana más utilizada en la investigación biológica, de hecho, fueron fundamentales para muchos avances biomédicos del último medio siglo. Jonas Salk, por ejemplo, las usó en 1954 para desarrollar la vacuna contra la poliomielitis y en la década de 1980 los investigadores del sida las usaron para identificar y aislar el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

En los últimos años, las células HeLa fueron cruciales para la revolución «ómica», que va desde la genómica hasta la transcriptómica y la proteómica.

Recientemente se han otorgado al menos dos premios Nobel por investigaciones con células HeLa. Uno sobre el vínculo entre el virus del papiloma humano y el cáncer de cuello uterino (2008 a Harald zur Hausen), que se compartió con los descubridores del VIH (Luc Montagnier y Francoise Barre-Sinoussi), y el otro sobre el papel que juega la enzima telomerasa en la prevención de la degradación cromosómica (2009 de Elizabeth Blackburn, Carol Greider y Jack Szostak).

Todos los descubrimientos científicos se realizaron a espaldas de la extensa familia de Henrietta, se les mantuvo en la oscuridad sobre lo que sucedió con el legado involuntario de su antepasada a la ciencia médica hasta hace relativamente poco tiempo. Este ha sido un “descuido” impactante que condujo en los EE UU a un cambio en las reglas éticas básicas que cubren la toma y el uso de biopsias hospitalarias sin consentimiento informado. La historia de la vida y el más allá de Lacks se pueden entender mejor en La vida inmortal de Henrietta Lacks, una novela escrita por Rebecca Skloot.

Actualmente, existen más de 70.000 estudios publicados relacionados con el uso de células HeLa en varios campos de la ciencia, como el cáncer, la biotecnología o la inmunología. Además, las células HeLa se pueden adquirir en diversas compañías proveedoras de líneas celulares por un precio cercano a los 600 € por vial.

Es cierto que la ‘donación’ involuntaria de estas células a la ciencia ha sido extremadamente útil para hacer nuevos descubrimientos, pero partimos de una situación en la que la muestra original se obtuvo sin el consentimiento expreso de la paciente.

También es verdad que, actualmente, en la mayoría de los países esto no podría ocurrir, pero la pregunta es si es lícito seguir usando estas células obtenidas sin reconocimiento alguno a Henrietta Lacks o sin que sus descendientes tengan el debido reconocimiento legal y/o económico. Son cuestiones éticas de las células que probablemente tengamos que resolver en el siglo XXI.

María Montoya es jefa del grupo de Inmunología Viral en el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CSIC)
Fuente: SINC.

Qatar 2022: El presente de Messi y la Selección explicados desde la psicología

POR Nicolás Retamar para AGENCIA DE NOTICIAS CIENTÍFICAS UNQ

Especialistas en psicología del deporte permiten ilusionar a un país con el rol que adquirió el capitán y la importancia de la Copa América.

Tras la obtención de la Copa América en el estadio Maracaná, todos los integrantes de la Selección hacían hincapié en el grupo que se había formado. ‘Un grupo muy unido’ y ‘tiramos todos para el mismo lado’ son algunas de las frases que repitieron una y otra vez. Aunque suene cliché, en un deporte colectivo como el fútbol, la formación de un conjunto es una tarea importante si se desea alcanzar el éxito. Que haya una buena comunicación entre los propios jugadores, y estos con el cuerpo técnico, que cada quien sepa el rol que ocupa en el plantel y que haya un liderazgo, son algunas de las claves para afrontar desafíos como los que tiene la Selección.

Ante la mirada de sus compañeros, Messi besa la Copa América. Créditos: AFP

“Hay un exitismo social que genera que tengan exigencias psicofísicas superiores. Se espera de ellos un mayor grado de intensidad y complejidad, lo que genera más presión e implica una responsabilidad más grande”, cuenta Luciana Ortiz, psicóloga clínica y deportiva, ante la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.

En este sentido, la psicología aplicada al deporte busca conocer y optimizar la vida privada del deportista para que pueda alcanzar su máximo potencial en la disciplina. “Al igual que las físicas, las habilidades psicológicas se entrenan y se desarrollan, no es que nacemos con ellas”, destaca la psicóloga deportiva.

Messi, el capitán

Suena el pitazo del árbitro y Messi se arrodilla instantáneamente para llorar y celebrar su primera Copa con Argentina. Atrás quedan las frustraciones del pasado y los cuestionamientos impulsados por los medios de comunicación. La victoria final ante Brasil confirma que el diez es el líder del equipo, dentro y fuera de la cancha.

El rol de Messi como líder es súper importante en un deporte grupal, especialmente siendo el mejor del mundo. Es un ejemplo a seguir porque transmite valores, algo muy importante en un equipo”, afirma Ortiz, quien es parte del Equipo de Investigación e Innovación en Psicología del Deporte (Conicet-UBA-UAI).

Por su parte, el psicólogo deportivo Ezequiel Scardigno agrega que, pese a que siempre se le exigió que asuma el rol de líder, ese lugar lo ocupaba Javier Mascherano. “Hoy tenemos un Messi muy experimentado y con una larga trayectoria que le da la espalda y el respaldo suficiente para tener la voz cantante. Independientemente de que hace años es el mejor del mundo, Lionel se ganó el liderazgo del grupo por su calidez y sencillez humana”, resalta.

En el documental Sean eternos: Campeones de América se observa a un Messi que comanda en el vestuario y tiene la voz cantante. Ese rol, que siempre se le reclamó en la derrota, lo condensa en 80 segundos de video. En cuanto al tipo de líder y mensaje que transmite, Ortiz destaca: “Lo más importante de esa arenga es que nunca habló del rival, siempre habló de los valores y las condiciones de su propio equipo. Por lo tanto no importaba el rival sino las cosas que ellos tenían para poder lograr sus objetivos”.

Un alivio necesario

La reciente victoria en la Copa América rompió una maldición de derrotas que incluía cinco finales perdidas en esa competición (2004, 2007, 2014, 2015, 2020)  y la final mundialista en 2014 contra Alemania. En ese lapso, una generación de futbolistas que brillaron en sus clubes fue hostigada y la pregunta se repitió: ¿Por qué no juegan en la Selección como lo hacen en sus clubes? Muchas veces, mientras en sus equipos eran determinantes en partidos claves, en la Selección no podían realizar buenos partidos ni incidir como sí lo hacían en sus clubes.  

Lograr el tan ansiado título fue fundamental para sacarse la mochila pesada que injustamente cargaban los jugadores. La tranquilidad y la confianza le permitieron al equipo ganar todos los partidos disputados desde la última Copa y llegan con la confianza suficiente para encarar este mundial de la mejor manera posible”, cierra Scardigno.

Fuente: Agencia de Noticias Científicas UNQ

La sonda DART consiguió desviar un asteroide por primera vez en la historia

La misión de la NASA logró su objetivo de ensayar un sistema de defensa planetaria contra futuros asteroides peligrosos, al desviar la roca espacial más de lo esperado el pasado 27 de septiembre.

El primer intento de la humanidad de desviar un asteroide ha tenido éxito, según los responsables de la misión DART (significa dardo en inglés y responde a las siglas de Prueba de Redirección de un Asteroide Doble), liderada por la NASA. La pequeña sonda robótica que impactó contra Dimorfo a unos 11 millones de kilómetros de la Tierra ha conseguido cambiar considerablemente su rumbo, según han asegurado varios científicos del proyecto.

“El equipo ha confirmado que la órbita de Dimorfo se ha acortado en 32 minutos”, explicó Bill Nelson, administrador de la NASA. “Este es un momento decisivo para la defensa planetaria y un momento decisivo para la humanidad”, ha añadido. Giorgio Saccoccia, presidente de la Agencia Espacial Italiana, que contribuyó con el satélite LICIACube que grabó el antes y el después de la colisión, agregó: “Esto es algo de lo que estar orgullosos como proyecto internacional”. Después de este logro “podemos decir que estamos algo más a salvo de los asteroides peligrosos”.

Vista de Dimorfo 11 segundos antes del impacto con la sonda DART. Crédito: NASA / John Hopkins APL

El 27 de septiembre, la sonda DART —del tamaño de una heladera y con una masa de unos 600 kilos— impactó contra Dimorfo, un asteroide unas 10 millones de veces mayor. Era el primer ensayo general con el que la Oficina de Protección Planetaria de la NASA experimentó para aprender a desviar futuros asteroides de más de 140 metros de diámetro, que podrían destruir una ciudad entera si llegan a impactar contra nuestro planeta.

La misión ha tenido un éxito rotundo, pues logró frenar considerablemente a Dimorfo. Este cuerpo de 160 metros de diámetro fue elegido porque orbita como una luna en torno a Dídimo, otro asteroide con un diámetro de 780 metros. En condiciones normales, Dimorfo completaba una órbita en torno a su compañero cada 11 horas y 55 minutos. Tras impactar de frente y a unos 22.000 kilómetros por hora contra su objetivo, DART redujo en 32 minutos ese periodo. Esto supone que Dimorfo también se ha acercado a su hermano en unos 35 metros. El año pasado, el equipo científico determinó que si DART reducía la órbita de Dimorfo 73 segundos o más, la misión ya sería un éxito, aunque la esperanza era aminorarla unos 10 minutos.

Imágenes del impacto transmitidas a todo el mundo. Créditos: NASA.

Tom Statler, jefe científico de DART en la NASA, ha dicho que el equipo va a seguir trabajando para saber más detalles sobre la composición del asteroide y los efectos del impacto con los que empezar a diseñar un sistema de defensa planetaria para toda la Tierra.

En la actualidad se han descubierto el 95% de todos los asteroides de más de un kilómetro de diámetro; capaces de causar una catástrofe planetaria similar a la que provocó la extinción de los dinosaurios hace 66 millones de años. Los cuerpos de más de 140 metros como Dimorfo son mucho más preocupantes, porque solo se han localizado el 40%. En 2017, la NASA decidió dedicar unos 325 millones de dólares a hacer realidad la misión DART. Con ella querían perfeccionar los actuales modelos informáticos para que en el futuro la humanidad pueda hacer frente a rocas peligrosas impactando contra ellas una sonda fabricada a medida.

La colisión de esta pequeña sonda sucedió el 27 de septiembre y fue seguida casi en directo desde la Tierra. Las últimas imágenes enviadas por las cámaras de DART antes de estamparse contra Dimorfo desvelaron que su superficie era muy irregular y pedregosa. Esto parecía indicar que este cuerpo es lo que los astrofísicos llaman “una pila de escombros”; un rejunte de rocas y polvo con poca densidad. Esto implicaba que a pesar de su pequeño tamaño, el impacto levantaría una nube de material que deberían poder observar decenas de telescopios terrestres que seguían la evolución del choque. Y así fue.

Dos días después del impacto, el telescopio SOAR de Chile apuntó a Dimorfo y confirmó que el impacto lo había transformado en una especie de cometa. La estela de polvo levantada por el choque formaba una cola con unos 10.000 kilómetros de largo, lo que confirma que el asteroide es muy poco denso.

Imagen de la cola de escombros que deja el asteroide Dimorfo tras el impacto de DART. Crédito: NSF/NOIRLAB

El éxito de DART es el primer paso hacia un sistema de protección planetaria. Los datos recabados por la sonda y por su compañera LICIACube, un pequeño satélite que presenció los instantes previos y posteriores al impacto, así como todas las observaciones desde telescopios terrestres, ayudarán a perfeccionar los modelos que simulan posibles impactos dependiendo del tipo de asteroide.

En 2026, la sonda Hera de la Agencia Espacial Europea llegará al sistema Dimorfo-Dídimo para medir con precisión la masa, composición y estructura interna de estos dos asteroides y llevar a cabo una detallada reconstrucción tridimensional del cráter dejado por DART. El siguiente paso sería tener ya un modelo fiable capaz de determinar qué tipo de sonda podría desviar un futuro asteroide amenazante en función de su tamaño y su masa y el tiempo disponible antes de que choque contra la Tierra. En 2026 Estados Unidos tiene previsto lanzar al espacio el telescopio NEO, que elaborará un catálogo de asteroides y cometas de más de 140 metros de diámetro. Este instrumento tendrá visión infrarroja, lo que permitirá detectar los cuerpos que se acercan desde la dirección del Sol, difíciles de localizar para telescopios convencionales.

Fuente: El País (www.elpais.com)
Fotos: NASA / Johns Hopkins APL / NSF