Cambio climático: Un problema complejo, también para comunicar

Por Eugenia López

¿El fin del mundo tal como lo conocemos? ¿Extinciones masivas? ¿Olas de calor? ¿Eco-ansiedad, parálisis, resignación? ¿Qué nos pasa a las personas cuando escuchamos hablar del cambio climático?.

El cambio climático es real. Quizás no lo podamos ver con nuestros ojos pero las consecuencias del aumento de la temperatura del planeta están ahí, delante nuestro. Si bien la comunidad científica hace décadas que viene alertando del aumento de los gases de efecto invernadero y del consecuente incremento en la temperatura global, el tema no estaba en la agenda pública como lo está ahora. Hoy en día es imposible no haber escuchado hablar de cambio climático. En las redes sociales, en las noticias, en la tele, en la radio, crecen los artículos, los comentarios de expertos y expertas y las noticias sobre el tema. Pero… ¿Qué sentimos cuando escuchamos hablar acerca de este tema? ¿Nos da miedo? ¿Le creemos? ¿Qué nos pasa a las personas frente a esta información? Y quizás lo más importante: ¿Qué hacemos?

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La crisis climática es uno de los problemas ambientales globales más complejos y que mayores desafíos presenta a la sociedad, a la comunidad científica y a las autoridades políticas. La temperatura del planeta está aumentando y esto trae consecuencias en la manera en que vivimos y los ambientes que habitamos. Quizás el mensaje principal del último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático sea que la evidencia científica es inequívoca: el cambio climático es una amenaza para el bienestar humano y para la salud del planeta. De aquí en adelante cualquier retraso en concertar acciones globales nos aleja de la posibilidad de un futuro habitable. No necesariamente vamos a notarlo como olas de calor, sino como eventos extremos cada vez más frecuentes. Inundaciones, sequías, el aumento del nivel del mar, ecosistemas enteros que van a desaparecer. 

Suena aterrador. Sin embargo, no está muy claro qué nos pasa a las personas con toda esta información. ¿La entendemos? ¿Le creemos? Por eso es importante estudiar las actitudes, el conocimiento, el comportamiento y los factores culturales, políticos y psicológicos subyacentes. Según un reporte realizado por el Yale Program on Climate Change Communication junto con Facebook el 91% de las personas encuestadas de nuestro país contestó que el cambio climático estaba sucediendo, con lo cuál, ese no parecería ser el problema al menos en nuestra región. A su vez, el 55% de las personas encuestadas cree que el cambio climático es causado en su mayoría por la actividad humana, mientras que un 27% cree que es causado en partes iguales por la actividad humana y factores naturales. Respecto a este tema, en otro estudio realizado por la Universidad de Yale se observó que comunicar acerca de las causas humanas del calentamiento global aumenta el involucramiento de las personas.

La temperatura aumenta porque se acumulan gases en la atmósfera y el calor no se disipa como lo venía haciendo antes de la era preindustrial. A partir de la revolución industrial comenzamos a emitir demasiados gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono. Desde mitad del siglo pasado hubo un incremento en la concentración de este gas a razón de aproximadamente 20 partes por millón por década, esto es cien veces más rápido que cualquier aumento durante los últimos 800,000 años. Las emisiones se deben principalmente a la quema de combustible fósil, a que somos muchos más humanos en el planeta y a que consumimos más productos de animales que emiten metano. La temperatura media global es ahora mayor que en cualquier otro momento de los últimos 500 años.

A toda esta información compleja hay que sumarle el efecto de estar escuchando noticias con tintes apocalípticos. “La excesiva preocupación por el ambiente puede hacer estragos en la salud mental” explica Cindy Fernández, Comunicadora Meteorológica del Servicio Meteorológico Nacional y La Liga de la Ciencia. “La eco-ansiedad podríamos decir que es una consecuencia más del cambio climático. El temor crónico al futuro incierto del planeta genera estrés y ansiedad. Todavía no se llegó a una única definición, pero por ejemplo, la Asociación Americana de Psicología la cataloga como un temor crónico a sufrir un cataclismo ambiental que se produce al observar el impacto aparentemente irrevocable del cambio climático y la preocupación asociada por el futuro de uno mismo y de las próximas generaciones”. Todavía hay debate acerca de si la ansiedad generada por la incertidumbre ambiental conlleva a la acción o a la indiferencia. Tanta información acerca de un problema tan complejo puede abrumarnos y llevarnos a la resignación.

¿Cómo conviene comunicar sobre el cambio climático? Según Cindy Fernández una manera es informar no solo los impactos, sino también las causas y las soluciones. Si lo que necesitamos es disminuir la ansiedad, debemos tener el control”. Por otro lado, siempre que se pueda hay que contar también los aspectos positivos, las mejoras que, aunque pequeñas e imperceptibles, existen. Algunos ejemplos son los avances en desarrollos de energías limpias como la solar o la eólica y la reducción de costos de otras tecnologías como las baterías de litio o las capturas de carbono. Para Cindy el logro más relevante es que se hable del tema: “Como dijo la científica climática Katharine Hayhoe: lo más importante que puedes hacer para combatir el cambio climático es hablar de ello. Gracias a esto hoy nadie es indiferente a lo que está sucediendo y el tema del cambio climático se discute en la mesa familiar, en las empresas y en los gobiernos”.

Si queremos mitigar y adaptarnos al cambio climático tenemos que poder imaginar que existe un futuro posible. La crisis climática es compleja y el desafío es real pero la apatía y la resignación no son la solución. Todavía hay mucho por hacer. Cindy oscila entre el pesimismo y el optimismo: “Me cuesta entender que luego de tantos años no estemos ni cerca de resolver el cambio climático. Pero después veo a las nuevas generaciones, con toda esa información que manejan y el respeto que tienen con el ambiente… Los veo tan comprometidos y confiados que van a lograr un futuro mejor que algo de ese optimismo se me pega”.

Entonces… ¿Cómo comunicar sobre el cambio climático? Tratando de entender las capas de los problemas y preguntándonos acerca de cuál es la mejor manera de contar lo que queremos contar. Investigando sobre el impacto de las noticias y sobre qué estrategias son más efectivas. Preguntándonos todo. Ser rigurosos pero también poéticos. Tal vez también buscar historias dónde las personas no seamos las enemigas de la naturaleza. Historias en donde entablamos relaciones beneficiosas para nosotros y para el ambiente. Como dice Robin Wall Kimmerer en Braiding Sweetgrass: «¿Cómo vamos a empezar a ir hacia una sustentabilidad ecológica y cultural si no podemos imaginar siquiera cómo sería un mundo así?».